La filosofía del maestro Mo ha sido bautizada en Occidente
como la “política del amor universal”, donde el amor ha de entenderse como
cooperación material para el beneficio, incluyendo el cuidado y la atención mutua. Sin embargo, esa
definición de la doctrina de Mo por parte de los escolares, puede bien
objetarse, pues no es todo lo acertada que parece. Mo no echa en falta el amor
sino la universalidad, por eso dice:
"Esto es así también entre ladrones y atracadores. Como
aman a sus familias y no a otras familias, el ladrón roba a otras familias para
beneficiar a su propia familia, como ama a su propia persona y no a las otras
personas, el atracador violenta a los otros para beneficiarse el mismo. La
razón de todo este mal es siempre también el amor (solo que no universal)".
(Libro IV – Amor universal, 1,3)
En efecto, no echamos de menos propagandistas del amor en el mundo. Pero, ¿quién podrá dar a conocer al mundo “la
doctrina de la política universal”, si solo los estados y sus funcionarios son protagonistas
y actores y tienen voz en el mundo?
Con todo, solo
el pensamiento inteligente, o realista, antiguo chino pudo y supo dar forma a la
expresión que contiene un futuro para la Humanidad, algo vedado al pensamiento mayoritariamente
idealista del resto del mundo, pues, cómo nos muestra nuestro también raro realista Cervantes
con El Quijote, las Letras, el idealismo, son una
“confesión” ante las Armas.